Este libro de Nicholas Wapshott, nos expone el que probablemente haya sido el debate económico por excelencia (por lo menos desde que surgiera con el Crac del 29 y de ahí hacia delante): el que enfrenta las ideas del británico John Maynard Keynes con las del austríaco Friedrich Hayek y que, brevemente, se pueden resumir de la siguiente manera.
El pensamiento económico de Keynes se basaba en la defensa de la intervención estatal, es decir, para Keynes era totalmente necesario que el Estado tomara medidas para solucionar los períodos de recesión económica y el laissez-faire (del francés "dejen hacer", consiste en dejar al mercado funcionar sólo, sin ningún tipo de intervención) era totalmente inútil a la hora de realzar una economía. Keynes pretendía mostrar al mundo que a través del incremento del gasto público, la demanda agregada aumentaría y por tanto la situación económica mejoraría reduciendo el desempleo pero dejando a cambio la inflación (Keynes consideraba que era mejor tener inflación que desempleo).
En la otra cara de la moneda estaba Hayek, quién defendía la libertad económica llevada al extremo. Para él, el mercado tiene la capacidad de autorregularse sin la intervención de ningún factor externo y por tanto, la intervención estatal lo único que haría sería medrar su autorregulación y alejarlo del equilibrio. Además, Hayek postulaba que la inflación era una de las peores cosas que pueden pasar en economía e incluso defendía que era mejor tener desempleo que inflación (probablemente por motivos personales que vienen explicados en el libro). También, con su libro Camino de Servidumbre, Hayek relacionaba la intervención de los gobiernos con medidas represivas de regímenes autocráticos y pone como ejemplo al nacionalsocialismo de Hitler y al comunismo de Stalin.
Con la crisis de 2008, este debate volvió a cobrar importancia y fue Wapshott (ex-redactor jefe de The Times y actual columnista en Thomson Reuters), a través de esta obra, el encargado de recopilar toda la información posible del contexto histórico y personal de cada uno de estos dos grandes economistas. Comienza con el auge económico de los felices años 20, cuando ambos autores apenas eran conocidos, y continúa a lo largo del siglo XX para dejar más que clara las posturas e influencias de cada uno. Wapshott plantea la batalla entre la intervención estatal y la libertad económica y a lo largo de su obra nos va haciendo entender mejor cada una de las posturas, para finalmente proclamar, quien es para él, el ganador de este eterno debate y, por tanto, que ideas han sido más beneficiosas a la hora de paliar una crisis económica.